La maximización de la luz natural no solamente responde a la necesidad de ahorrar energía, sino que se ha establecido como una pauta de obligado cumplimiento tanto en arquitectura como en la decoración de interiores. Existen conceptos claramente bioclimáticos como la propia orientación de la construcción, porque es evidente que una casa bien orientada recibe más luz. También los son determinadas prácticas, como los conductos, chimeneas o túneles de luz, que recogen la luz natural y la dirigen hacia el interior que iluminan, y la fibra óptica. O los reflectores, esos espejos que atrapan oportunamente situados, la luz solar y la dirigen hacia el punto elegido. Un elemento arquitectónico que se ha prestigiado es el lucernario, el elemento de la cubierta que sobresale, con abertura vidriada, para iluminar o ventilar el interior. Hay empresas especializadas que los instalan con mecanismos reguladores.

Hablar de luz interior es hablar del vidrio. Tanto en los acristalamientos como en las galerías se ofrece hoy una gama de vidrios susceptible de permitir el paso de la luz bloqueando las radiaciones no deseadas y de integrarse en carpinterías metálicas cada vez más tenues y con mayor capacidad aislante. Vidrios de baja emisión o de control solar, laminados, acústicos de seguridad, vidrios templados, antifuego etcétera. El objetivo es reducir la cantidad de energía solar evitando el sobrecalentamiento del interior, el vidrio de control solar lleva depositada en una de sus caras una imperceptible capa metálica que le concede su capacidad de reflexión, por lo que cumple un papel fundamental en el ahorro de aire acondicionado. Y para favorecer el aislamiento, los vidrios de doble acristalamiento, sellados en cámara con distintos procedimientos y con varias películas internas entre las planchas de vidrio, según las empresas, son ideales.

La sensación de espacio es importante en cualquier proyecto arquitectónico. Dejar libres de obstáculos las ventanas, con cortinas ligeras y transparentes. Molduras y cornisas claras; los techos, más claros que el tono de las paredes para conseguir que las habitaciones se eleven visualmente.

Distribución del mobiliario

En las áreas internas, muebles de escasa altura y materiales ligeros; los muebles altos o pesados en las paredes, evitando sobrecargarlos en los estantes altos.

Seleccionar los materiales

Los suelos brillantes reflejan la luz, y las maderas claras y de poca veta añaden luminosidad; metales como el aluminio y marcos de madera clara. Interiores con plantas de hoja pequeña en verde claro y ramos de flores repartidos.

El color es el factor principal del oscurecimiento de un ambiente

Los tonos suaves, claros, aportan luminosidad y dan sensación de mayor amplitud; las tonalidades blancas, cremas y amarillas son elecciones seguras.