Si hay una auténtica moto de dos tiempos de la vieja escuela, preciosa y con uno de los mejores sonidos esa es la Yamaha RD 350, recordada por muchos como una máquina infernal de matar, apodada también la mata pijos o la viuda negra. Era una dragster en aceleración, brusca y con un tacto difícil de describir. Resumiendo, un gran pepino de los que hay que tener muchísimo cuidado, era una mala bestia...
Año tras año, la Yamaha RD 350 se revaloriza y por suerte, hoy os mostramos una totalmente restaurada y con unos vinilos que le han quedado bordados. i ya de por si, ese color amarillo es toda una declaración de intenciones, el diseño blanco y negro de los
vinilos adhesivos casi estamos seguros de que le quedan mejor que los originales. Están fabricados en vinilo adhesivo de fundición para darle la máxima resistencia y durabilidad.
Os dejamos unas imágenes para poder disfrutar de una de las motocicletas con más pedigrí, una máquina que a día de hoy muy pocos saben pilotarla de verdad.
