Para probar algo diferente en esta ocasión y después de imprimir sobre una base transparente el diseño vamos a laminarlo dos veces con dos tipos de vinilos translúcidos. Al igual que cualquier receta de cocina que se precie no vamos a dar los detalles exactos de cada uno de los dos vinilos que vamos a utilizar.
Para esta prueba vamos a utilizar dos gráficas con una gran variedad de tonalidades y degradados para apreciar mejor el resultado final.
Observamos en los detalles del diseño la gran calidad de impresión.
Para el primer laminado hemos escogido un vinilo translúcido con una tonalidad de baja densidad.
Procedemos a laminar. Al ser un formato pequeño lo hacemos de forma manual y dejamos descansando a la laminadora.
Vemos el cambio de tonalidad al aplicar el primer laminado. No olvidemos que la gráfica se verá por el otro lado!
Con el primer laminado ya hemos conseguido un resultado más que aceptable y totalmente válido. Pero hoy buscamos algo más!
Esta es la cara visible de la impresión con un primer laminado.
Vamos a por el segundo laminado.
Se puede apreciar que este segundo vinilo tiene más densidad que el anterior.
Una vez laminado, cortado y levantando el protector del adhesivo ya vemos que algo ha cambiado.
A simple vista, también el segundo diseño luce espectacular.
Puesto a contraluz se ve la gran densidad de colores. Se puede apreciar la gran diferencia de calidad respecto a la aplicación de un solo laminado.
Y hay que mencionar la facilidad que tendremos ahora al pegar el vinilo sobre el metacrilato o cristal pues el grosor adquirido nos será de gran ayuda a la hora de su manipulación.